¿Cómo debe comer un opositor a Policía Nacional durante su preparación?
- Mario Modrego
- 6 mar
- 4 Min. de lectura

La alimentación juega un papel clave en la preparación de un opositor a Policía Nacional. No se trata solo de comer bien el día de las pruebas, sino de mantener una estrategia nutricional que optimice la fuerza, la resistencia y la recuperación a lo largo de los meses de entrenamiento. ¿Cómo debe comer un opositor a Policía Nacional durante su preparación?
Muchos opositores cometen errores como realizar dietas restrictivas que afectan su rendimiento o descuidar la ingesta de ciertos macronutrientes esenciales. Un enfoque basado en la evidencia científica puede marcar la diferencia entre progresar adecuadamente o estancarse en los entrenamientos.
Balance energético: la clave del progreso
El primer aspecto a considerar es el balance energético, es decir, la relación entre la energía consumida (calorías ingeridas) y la energía gastada (calorías quemadas).
Si el opositor necesita ganar fuerza y masa muscular, es recomendable un superávit calórico de aproximadamente un 10-15 % sobre el gasto energético total (TDEE). Este pequeño excedente permite aumentar la masa muscular sin acumular grasa de manera excesiva.
Si el opositor necesita perder peso sin afectar su rendimiento, un déficit calórico controlado de un 10-15 % puede reducir la grasa corporal manteniendo la fuerza. Un déficit demasiado agresivo puede afectar negativamente la recuperación y la capacidad de entrenar con intensidad.
Los estudios en el ámbito del rendimiento deportivo sugieren que un déficit calórico superior al 20 % del TDEE aumenta el riesgo de pérdida de masa muscular, fatiga crónica y disminución del rendimiento (Mettler et al., 2010).
Distribución de macronutrientes: más allá de las calorías
Un opositor no solo necesita cubrir sus necesidades calóricas, sino también distribuir correctamente los macronutrientes para favorecer el rendimiento y la recuperación. ¿Cómo debe comer un opositor a Policía Nacional durante su preparación?
Proteínas: esenciales para la recuperación muscular
El entrenamiento de fuerza y resistencia genera daño muscular, que debe ser reparado mediante una ingesta adecuada de proteínas. La literatura científica recomienda un consumo de entre 1,6 y 2,2 g de proteína por kg de peso corporal al día para optimizar la síntesis proteica muscular en atletas y personas con alta carga de entrenamiento (Phillips & Van Loon, 2011).
Fuentes óptimas de proteínas incluyen:
Carnes magras (pollo, pavo, ternera).
Pescado blanco y azul.
Huevos y lácteos altos en proteína (queso fresco, yogur griego).
Legumbres y proteínas vegetales (soja, tofu, tempeh).
El reparto de la ingesta proteica a lo largo del día es clave. Se recomienda distribuir el consumo en 4-5 tomas, con al menos 0,3-0,5 g de proteína por kg de peso en cada comida, lo que favorece la síntesis proteica de manera sostenida (Areta et al., 2013).
Carbohidratos: fuente principal de energía
Los carbohidratos son el combustible principal para el rendimiento deportivo. Una ingesta inadecuada puede provocar fatiga prematura, menor intensidad en el entrenamiento y deficiente recuperación.
Para opositores con entrenamientos de alta intensidad, se recomienda una ingesta de 4-6 g de carbohidratos por kg de peso corporal al día en días de entrenamiento. En fases de mayor volumen de trabajo, la ingesta puede aumentar hasta 7-8 g/kg (Burke et al., 2011).
Fuentes recomendadas:
Arroz, pasta, patata, boniato.
Pan y cereales integrales.
Frutas como plátano, mango, frutos rojos.
Legumbres (lentejas, garbanzos, alubias).
El momento de ingesta también es importante. Consumir carbohidratos en las tres horas previas al entrenamiento mejora el rendimiento y la disponibilidad de glucógeno muscular (Jeukendrup, 2014).
Grasas: fundamentales para la función hormonal
Las grasas desempeñan un papel esencial en la producción hormonal y en la absorción de vitaminas liposolubles (A, D, E y K). Una dieta excesivamente baja en grasas puede afectar la producción de testosterona y la recuperación muscular (Volek et al., 1997).
Se recomienda que al menos un 20-30 % de las calorías totales provengan de grasas saludables, priorizando fuentes como:
Aceite de oliva virgen extra.
Frutos secos y semillas.
Aguacate.
Pescado azul rico en omega-3 (salmón, sardina, caballa).
Los ácidos grasos omega-3 han demostrado reducir la inflamación y mejorar la recuperación muscular, lo que puede beneficiar a los opositores con una alta carga de entrenamiento (Smith et al., 2011).
Hidratación: un factor clave en el rendimiento
La deshidratación, incluso en niveles leves (1-2 % del peso corporal), puede provocar una disminución significativa en la capacidad de rendimiento físico y mental (Casa et al., 2010).
Es fundamental mantener una ingesta diaria de 2,5-3 litros de agua, aumentando la cantidad en días de entrenamientos intensos. También es recomendable incluir fuentes de electrolitos como sodio, potasio y magnesio para evitar calambres y optimizar la hidratación celular.
Un aspecto importante es evitar la sobrehidratación antes del entrenamiento o prueba física, ya que puede generar sensación de pesadez y aumentar la producción de orina, reduciendo la disponibilidad de líquidos durante el esfuerzo.
Timing de comidas: cómo organizar la ingesta diaria
Para mantener niveles de energía estables y optimizar la recuperación, la distribución de las comidas debe adaptarse al entrenamiento.
Comida pre-entrenamiento (2-3 horas antes): Fuente de carbohidratos complejos + proteína de fácil digestión. Ejemplo: arroz con pollo, yogur griego con avena y frutas.
Comida post-entrenamiento (30-60 min después): Mezcla de carbohidratos y proteínas para reponer glucógeno y favorecer la recuperación muscular. Ejemplo: batido de proteínas con plátano o tortilla con pan integral.
Comidas durante el día: Repartir proteínas en cada comida y mantener un buen equilibrio de macronutrientes.
Suplementación: ¿es realmente necesaria?
Los suplementos no sustituyen una dieta adecuada, pero algunos pueden ser útiles en la preparación de opositores:
Creatina monohidratada: Ha demostrado mejorar la fuerza y la recuperación muscular. Dosis recomendada: 3-5 g diarios (Kreider et al., 2017).
Proteína en polvo: Útil si no se alcanza la ingesta proteica con alimentos.
Cafeína: Mejora el rendimiento y reduce la fatiga. Dosis recomendada: 3-6 mg/kg de peso antes del entrenamiento (Grgic et al., 2020).
Sin embargo, es fundamental no depender de la suplementación y priorizar una alimentación basada en alimentos reales.
Conclusión
Un opositor a Policía Nacional debe llevar una alimentación estructurada para rendir en los entrenamientos y llegar en su mejor forma a las pruebas físicas. El control del balance calórico, la distribución adecuada de macronutrientes y una correcta hidratación son aspectos clave para maximizar la fuerza, la resistencia y la recuperación.
El asesoramiento personalizado es clave para adaptar la dieta a las necesidades individuales. En mi programa de entrenamiento y nutrición para opositores, ayudo a cada cliente a ajustar su alimentación para que progrese de manera eficiente y sin cometer errores que puedan frenar su rendimiento.